Prejuicios, mensajes de odio, intolerancia y llamados a la violencia contra una persona o grupos de personas a causa de su raza, religión, nacionalidad o ideas políticas, se multiplican y amplifican también en las redes sociales aprovechando su característica de viralidad.
Los mensajes de odio no son exclusivos de los sitios de redes sociales, pero sí pueden ser usados y con mucha frecuencia para la difusión de expresiones discriminatorias y discursos racistas hacia el otro, que es diferente.
En mayo de 2010 Facebook se vio presionado a cerrar el grupo “Yo también odio a los judíos”, un espacio que promovía el aborrecer a un colectivo humano e incitaba a la violencia en contra de esa comunidad.
Otín tu tema me parece muy interesante, pero tienes que corregir tus faltas ortográficas
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